Capítulo 18

Durante la semana pasada, ella había sido testigo de todo lo que Samuel hizo por mi partida, eran cosas incontables. Quizá, en el fondo de su corazón, aún pensaba que mientras yo no apareciera, Samuel seguiría siendo suyo. Nunca imaginó siquiera que Samuel me encontraría y me traería de vuelta. —¡Belén, ya aceptaste el dinero de mi familia! ¿Por qué regresaste? Natalia agitó con rabia los brazos, intentando lanzarse sobre mí. Yo me apresuré temerosa a esconderme detrás de Samuel: —Samuel... —¡Natalia, ya basta! Samuel se colocó delante de mí para protegerme, y luego hizo una pequeña señal a los guardaespaldas para que detuvieran a Natalia. Sin pensarlo, Roberto y Sandra también salieron, enfrentándose a Samuel con cierto nerviosismo y miedo. Al verme de reojo, sus expresiones eran como si se hubieran tragado una mosca. —Señor Samuel, pase lo que pase entre usted y Nati, siguen estando comprometidos... En cuanto a Belén, ya conoce usted su identidad, ¿entonces a qué viene todo esto? En