Capítulo 22

Con rapidez pasó otra quincena y él estaba aún más ocupado. Yo sabía que era por mí. Comencé a calcular en qué circunstancias podría abrir la boca y asestar un golpe mortal a la familia Escobar. Sin embargo, esa noche, el día en que por fin terminé de recuperarme, él me llevó a una esplendorosa fiesta. La fiesta tuvo lugar en una hacienda, donde se reunió toda la alta sociedad de Coral. Yo asistí como su acompañante y todas las mujeres me miraban con extrema envidia. —Es ella, la que ha conquistado el favor del señor Samuel, la que recibe su cariño incondicional... ¿No es así? —Anteriormente, el señor Samuel también adoraba de esa manera a Natalia, ella sí que tenía buena suerte... —Pero ella no es como Natalia. Natalia no supo valorar lo que tenía, ella merecía perderlo... ... En medio de los comentarios de todos, comenzaron a estallar un sinfín de fuegos artificiales sobre la hacienda. Bajo el cielo cubierto de luces, se formaron de pronto unas palabras: [Belén, cásate conmigo.] Samu