Capítulo 10

Baltasar bajó la mirada para observar la gran caja que tenía delante. El paquete estaba cuidadosamente envuelto, la caja lucía completamente nueva. En la expresión de Jimena se reflejaba toda su insatisfacción por la interrupción; al mirar a Mario, había en su expresión un leve indicio de fastidio. No había olvidado lo ocurrido el día de su fiesta de cumpleaños. Mario se había empeñado en proteger a Antonia todo el tiempo. Ella, de manera instintiva, comenzó a sentir rechazo hacia él y quiso deshacerse de él lo antes posible. —Quizá escribí mal el nombre al comprar la ropa —dijo Jimena, mientras intentaba tomar del brazo a Baltasar—. Balta, déjala a un lado, la veremos después. Sin saber por qué, él, al observar la gran caja, parecía algo distraído. Baltasar apartó bruscamente su mano y avanzó decidido para abrir la caja. En el instante en que se levantó la tapa del estuche con el vestido, los tres presentes, salvo Mario, quedaron atónitos. Jimena, llena de alegría, se adelantó a Balta