Capítulo 108 Discusión entre madre e hija

Mónica mostraba una expresión de alegría en su rostro, sosteniendo el teléfono con manos que apenas podían contener el temblor. —Muchas gracias, profesor, mañana estaré puntual. —Está bien. María colgó, su sonrisa era tierna y serena. Al levantar la mirada, vio a Ana, que acababa de entrar al salón, y le preguntó: —Ana, ¿no habías ido a practicar el piano? Ana, en lugar de responder, comenzó con un tono de disgusto: —Mamá, ¿estabas hablando con Mónica ahora? La sonrisa en el rostro de María se atenuó ligeramente y asintió con la cabeza. Al verla asentir, Ana, enfurecida, lanzó su bolso al sofá y se sentó al lado, comenzando a hablar con ira: —Mamá, ¿no dijiste que esperarías a que Mónica estuviera entre los tres primeros finalistas de la Copa Juventud de Piano antes de seguir enseñándole? Ahora que solo ha pasado la primera ronda, ¿cómo es que ya la dejas volver a la escuela? —Solo dije que la guiaría, no que ya estaría dispuesta a seguir enseñándole ahora mismo. —¡Eso tampoco está bie