Capítulo 1328

Ana asintió. El disgusto que Carmen le había provocado se disipó instantáneamente. —Ese día, en la fiesta de cumpleaños de doña Paola, le prometí a don Wálter que visitaría su casa para ver sus cuadros, que están bastante deteriorados. Necesito verlos en persona para saber si puedo restaurarlos. Abuela García asintió. —Claro, por supuesto, ve. Ana recordó otra cosa. —Abuela, las cosas con Alejandro están yendo bastante bien. En un tiempo más, cuando confíe un poco más en mí, intentaré traerlo a casa para que ustedes lo conozcan. Abuela, tiene que cuidarse mucho estos días. Al escuchar el nombre de Alejandro, los ojos de Abuela García se iluminaron. Ella sonrió ampliamente y dijo: —Claro, tengo muchas esperanzas ahora. Definitivamente me cuidaré. Pero no pudo resistirse, extrañaba demasiado a Alejandro. Así que planeó que, mañana, cuando Anita estuviera ocupada, iría a verlo secretamente. No lo molestaría, solo lo observaría de lejos. Mientras Alejito siguiera vivo,