Capítulo 1528

Francisco miraba de reojo a Julio, quien estaba furioso y con una mirada penetrante. Tener un padre así es una completa vergüenza. —¿Qué consecuencias puede haber? —Preguntó con una risa burlona. Julio, al ser interrogado de esa forma, cambió de color, sintiéndose por alguna razón culpable, incluso ilusionado. Parecía que enfrentarse de esa manera a Francisco terminaría haciéndole arrepentirse. Pero ya no había tiempo para pensar en las consecuencias, no tenía más tiempo para seguir jugando con Francisco y los demás. Tanto Elena como sus hijos tenían el corazón demasiado endurecido. Él había mencionado que su hija estaba enferma y necesitaba su valiosa ayuda en ese momento, pero todos observaban con gran indiferencia. Después de respirar hondo, apretó los dientes y dijo: —No quería que nuestras relaciones se tornaran tan tensas. Solo deseaba que en este momento, ustedes, como hermanos mayores, protegieran a su hermana, pero sus corazones son demasiado fríos. Lo que están haciendo ahora