Capítulo 1635

Ella inhaló profundo y dejó a un lado sus pensamientos. Se dirigió a la cocina para preparar un arroz caldoso para Alejandro y calentó algunos panes que había elaborado con anterioridad y guardado en el congelador. Sin darse cuenta, el tiempo pasó y la oscuridad ya había envuelto por completo el exterior. No había luz de la luna ni estrellas esa noche, solo algunas luces de la calle. Echó un vistazo rápido y retiró enseguida la mirada. Sintió que alguien estaba parado en la puerta de la cocina y miró de inmediato hacia allá. Sus ojos se encontraron con los profundos y oscuros ojos de Alejandro. —¿Cómo te sientes ahora? —Preguntó ella acercándose. Alejandro abrazó desesperado a Ana y bajó la cabeza para besarla. El beso fue urgente y apasionado. Como si quisiera asegurarse de que la persona frente a él era real, y no era un sueño... —Mi mente estaba inundada de diferentes recuerdos diferentes, apareció una persona llamada Susana, quien me conoció hace algunos años y lo que siguió era ca