Capítulo 1870

—Solo necesitamos encontrar ese espejo y, si todo sale bien, podremos regresar. —Dijo Ana. Alejandro respondió: —Seguro que lo encontraremos. Unas cuantas palabras simples, pero hicieron que los ojos de Josefina se llenaran de lágrimas. Ella miró perpleja hacia la multitud. Las voces sonaban tan cerca, como si estuvieran justo a su lado, sus padres estaban vivos, y estaban allí. Con lágrimas en los ojos, Josefina se movía ansiosa entre la gente. Sin embargo, no podía encontrar a sus padres entre todas esas personas. —Papá, mamá... Pronto se dio cuenta de algo inusual: las personas a su alrededor no podían verla, incluso pasaban a través de ella. Así que su llegada repentina a este lugar había sido solo por ese árbol, el mismo que había traído aquí un día a Alejandro y Ana, y a través del cual ella había escuchado su entretenida conversación. Lo único que sabía con certeza ahora era que Alejandro y Ana estaban vivos y buscaban ansiosos una manera de regresar a casa. Justo cuando este pe