Capítulo 1887

—¡Bernardo, no tendrás paz! ¡Déjame ir, yo soy el futuro de la familia Castro, ¡yo lo soy! ¡Tú no eres más que un simple perro criado por nuestra familia Castro! —Bernardo, después de todo, soy tu tía, también hubo momentos en los que te traté bien cuando eras pequeño, solo que estos años me confundí y cometí una serie de errores. Por favor, perdónanos tanto a mi hijo como a mí, y libéranos. Los gritos desesperados de madre e hijo rompieron la tranquila mañana. Josefina se quedó atónita por unos minutos antes de entender lo que estaba sucediendo. Aunque no le había preguntado a Bernardo qué había vivido estos dos años, ahora que él estaba a cargo de la familia Castro, todos inevitablemente en la familia debían obedecerle. Benito, Mercedes y Jaime, quienes antes lo habían maltratado, seguro no tendrían un buen final. Ella no era una mala persona, pero definitivamente no era una buena persona. Quien cometía un error debe aceptar el castigo. Nadie podía borrar los crímenes cometidos simpl