Capítulo 1892

Los dos subieron al carruaje y luego fueron a otro mercado animado para pasear un rato. Durante el camino, también visitaron algunos lugares que le interesaban a Josefina. Sin embargo, lo que más la atraía eran los espejos. Ya fuera en los puestos callejeros o en las tiendas, ella entusiasmada los examinaba todos con detenimiento. Bernardo, desde la mañana hasta el mediodía, la acompañó con paciencia. Se complementaban muy bien, cuando había gente, Bernardo actuaba como si estuviera observando las cosas con detenimiento, sin parecer que hablaba solo. Desafortunadamente. Después de un día de paseo, Josefina no encontró el espejo que la hiciera sentir algo especial. En realidad, había sido algo ilusoria, pues si Alejandro y Ana no habían encontrado uno en tanto tiempo, ¿cómo podría ella en tan poco tiempo encontrarlo tan rápido y fácilmente? Todo dependía de la suerte. Pero el destino no defrauda a quienes se esfuerzan, y ella creía que, mientras siguiera buscando, sin duda alguna encont