Capítulo 1915

—Señorita Amelia, hoy se levantó una hora más tarde de lo habitual y tampoco llamó a nadie durante la noche. ¡El señor Bernardo realmente es increíble! Al escuchar esto, un destello de felicidad cruzó enseguida por los ojos de Amelia: —Esta es también la primera vez en dos años que he dormido tan tranquila. Ven, ayúdame a cambiarme de ropa y a bañarme, quiero ir a ver a mi padre de inmediato. —Sí, señorita Amelia enseguida. Un momento después, Amelia fue a buscar a su padre y a su hermano. Al escuchar las palabras de Amelia, Jesús y Augusto también se llenaron de alegría. —¡Qué bueno! En estos más de dos años he visto cómo sufrías, y ahora por fin no tienes que estar atormentada por pesadillas. ¡Es algo maravilloso! —Jesús estaba verdaderamente feliz. Augusto también mostraba una cara radiante: —¡Bernardo es un experto! Antes de él, buscamos a muchas personas para traerlas a la casa y ninguna sirvió. Si hubiéramos sabido cuando empezaste a ser perturbada por esas pesadillas y, deberíam