Capítulo 700

Aunque Ana estaba presente, cuando él la observaba, su expresión fría se suavizaba un poco. Abuela García conocía bien a su nieto y su reacción no le sorprendía en absoluto. Este asunto también involucraba a su hijo. Solo al pensar en Narciso, se lamentaba por haber decidido tenerlo. A lo largo de los años, el camino de Narciso se había vuelto cada vez más estrecho y torcido, y su mente cada vez menos clara, atreviéndose a hacer cualquier cosa. ¡Incluso se atrevió a lastimar a Ana! Al percibir el rostro ensombrecido de abuela García, Ana, preocupada por la salud de su abuela si llegaba a conocer todo el proceso, intervinó: —Realmente estoy bien, abuela, no te preocupes. Además, abuela Ruiz siempre ha dicho que soy una persona con buena fortuna. Abuela García asintió repetidamente: —Muy bien, muy bien, saber que no te ha pasado nada me tranquiliza. Luego, charlaron un rato. Por miedo a perturbar el descanso de Ana, pronto todos se marcharon. Al irse, abuela García le encargó a