Capítulo 36

—Patricia, no debí volver al país. Dale una oportunidad a Ramón. Solté un largo suspiro. Aunque estaba loca, no importaba; yo, que soy una buena persona, estaba dispuesta a explicarle las cosas con paciencia. —Los problemas entre Ramón y yo no tienen nada que ver contigo. Nuestra ruptura fue porque me engañó, me tuvo años haciendo el papel de idiota. Que tú volvieras o no, no cambia nada. —Y, por supuesto, lo que tú y yo tenemos tampoco está relacionado con Ramón. —¿Qué tenemos nosotras? —Lucía alzó la vista hacia mí. Levanté una ceja: —Pensé que hoy venías a disculparte por lo de Diego. Quizá se dio cuenta de que se le escapaba algo, porque de inmediato recuperó esa expresión de falsa inocencia: —Justo vine a pedirte perdón. No tenía ganas de seguir con su teatrillo: —Basta, tu estrategia de retroceder para luego avanzar no pienso seguirte el juego. Me miró con los ojos abiertos de par en par, como si no pudiera creer lo que oía. —Quieres que me reconcilie con Ramón para que él se tra