Capítulo 25

Marta no esperaba que él malinterpretara sus palabras de esa manera, y su mirada expresó sorpresa. —Lo que estoy preguntando es si no te importa morir. Joaquín la observó intensamente, sus ojos destilaban una dulzura líquida, su resolución era firme. —Si es por ti, estoy dispuesto a renunciar a esta vida. Marta nunca pensó que escucharía tales declaraciones de los labios de Joaquín. Si esto hubiera ocurrido hace algunos meses, probablemente habría llorado de emoción. Ahora, sin embargo, solo le quedaba un silencio elocuente. Al notar su falta de respuesta, Joaquín sintió la necesidad de hablar de nuevo. —No estás herida, ¿verdad? Llegué tarde, ¿te asustaste...? Al escuchar esto, Marta recordó la pregunta que había dudado antes de ir a la comisaría, y su mirada hacia él se tornó gradualmente más inquisitiva. —¿Por qué me seguiste? No puede ser coincidencia. Joaquín no se esperaba en absoluto que ella le hiciera esa pregunta de repente, su mente se quedó en blanco y no supo cómo responde