Capítulo 1146

Por suerte, la calefacción estaba encendida en la habitación, así que no hacía nada de frío. Alicia yacía en la cama, tan cansada que apenas podía mantener los ojos abiertos. Roberto la abrazó y le besó la comisura de los labios. —Duerme. Ella se quedó dormida enseguida. Él sostuvo a la persona entre sus brazos y, mirando la nieve por la ventana, curvó ligeramente los labios. Cerró los ojos lentamente. "Así, todo está bien". Al día siguiente, cuando Alicia despertó, miró afuera medio dormida y vio un paisaje completamente cubierto de nieve. —¿Ya despertaste? —Sí, mira la nevada que hay afuera. Unos días antes había nevado, pero nunca había caído tanta nieve como esa mañana. Roberto, abrazando a Alicia, frotó su cara contra la mejilla de ella. —Es la primera nevada del invierno, ¿qué regalo quieres? El cambio de tema fue tan repentino. Alicia giró la cabeza, extrañada. —¿Qué tiene que ver la primera nevada del invierno con los regalos? —¿No se dice que en otoño se regala la primera taza