Capítulo 1155

Alicia miró a las personas que estaban afuera del auto y sintió todavía menos ganas de bajarse. Pero Roberto la esperaba fuera, así que no le quedaba más remedio que salir. Alicia apretó los dientes; total, su relación con él ya no era ningún secreto, que miren si quieren mirar. Se agachó y descendió del vehículo. Roberto, con toda naturalidad, le tomó la mano y la condujo hacia adelante. Ella notó que, aunque la otra mano de él estaba vendada, eso no le restaba ni un ápice de porte. De hecho, irradiaba una especie de aire ostentoso propio de un auténtico jefe. Al principio, ella se sentía algo incómoda, pero Roberto barrió el lugar con una mirada tan imponente que todos bajaron la cabeza y apartaron la vista, sin atreverse a mirar más. Sin embargo, por dentro, todos estaban completamente exaltados. ¡El señor Roberto, por fin traía a la mujer de los rumores a la empresa! Ahora, en realidad, ya no era solo la mujer de los rumores: iban tomados de la mano, debía de ser su novia oficial.