Capítulo 909

Cuando escuchó esas palabras, le parecieron completamente absurdas. ¿Cómo podría la familia González estar relacionada con lo ocurrido en aquel entonces? Eso era absolutamente imposible. Conocía perfectamente a la señora Teresa y a Roberto, sabía muy bien qué clase de personas eran; no se parecían en nada a los de la familia Mendoza. Alicia miró a María, con un tono gélido: —No esperaba menos de ti, siempre has disfrutado sembrar cizaña. ¿De verdad crees que voy a creer en lo que dices? El tono de María era igual al de Gabriela; ninguna de las dos quería que ella estuviera con Roberto, incluso deseaban que, por algún inconveniente, acabaran peleados. Alicia ya había caído una vez en la trampa de Gabriela y, esta vez, no pensaba tropezar dos veces con la misma piedra. María soltó una carcajada: —Veo que confías mucho en Roberto… ¿O es que temes que, si conoces la verdad, ya no tendrás derecho a estar con él y por eso no te atreves a creerme? Vicente intervino para detener a María: —¿Qué