Capítulo 93

María se tocó la muñeca, que estaba vacía, y su mirada se oscureció. Hace apenas unas horas que había recibido las joyas. En el camino aquí, ya había guardado las joyas en la caja y dejado que Ramón se encargara temporalmente de ellas. Sin haber traído nada a casa, ¿Cómo supo Gabriel? ¿Acaso tenía la capacidad de plantar un informante bajo la nariz de Alberto en Casa Gómez? Entre dudas, Carmen bajó por las escaleras: —Papá tiene razón, no creas que ahora que has ganado el favor de Bruno, estarás segura el resto de tu vida. —Bruno no puede tener hijos, tú no tienes garantías a futuro. Esos brazaletes de jade valen una fortuna, nosotros deberíamos guardarlos, también serían tu respaldo. María miró en dirección al sonido y vio a Carmen luciendo un conjunto de la última moda de una marca de lujo, algo que la familia Cisneros actualmente no podría permitirse fácilmente. De inmediato lo entendió. No era que Gabriel tuviera la capacidad de infiltrar informantes. Probablemente fue Diego quien