Capítulo 53

Amelia todavía tenía la mano en la mejilla, miraba a Felipe con una expresión algo lejana, pero en un instante sacudió la cabeza, tomó los cubiertos y dijo: —No es nada. Amelia tosió ligeramente y rápidamente se llevó comida a la boca, casi dejando entrever la incomodidad en sus ojos. ¡Qué tonta debió haber parecido con su comportamiento previo! Felipe levantó las cejas sorprendido. No estaba seguro de si era una ilusión, pero las puntas de las orejas de Amelia parecían haberse enrojecido un poco. ¿No estaba así cuando la había abrazado antes? Mariana, ajena a las interacciones entre Amelia y Felipe, se acercó y les sirvió un plato de sopa a los dos. —Señor Felipe, señora Amelia, prueben esta sopa. La he estado cocinando por seis horas. Veo que la señora Amelia está muy delgada; es para que agarre defensas. Felipe asintió satisfecho: —Bien hecho, este mes tu salario será el doble. Amelia se quedó sin palabras. Mariana sonrió agradecida hacia Felipe: —Gracias, señor Felipe. Luego, ningu