Capítulo 13

Por la noche, tenía la costumbre de dormir en el lado interior de la cama. Entre medio dormido y, despierto, su brazo se extendió instintivamente hacia un lado, encontrándose con un cuerpo cálido, suave y sumiso. Olivia se acurrucó dócilmente contra él, desprendiendo un delicado aroma a perfume finamente seleccionado. Sintió que algo no estaba bien. La temperatura corporal no era la correcta: no percibía ese calor vivo y ardiente. El aliento tampoco era el mismo: no tenía ese toque dulzón y natural del aroma corporal que conocía. Incluso la respiración sutil durante el sueño no coincidía. Viviana dormía de manera muy inquieta. Solía quitarle de forma inconsciente la manta, como un pequeño animal en busca de calor, y se metía entre sus brazos medio dormida, enredándolo con manos y pies. Gustavo abrió los ojos de golpe, con una sensación de repulsión que le surgió desde el fondo del pecho. Por primera vez, la empujó casi con rudeza cuando Olivia intentó acurrucarse contra él, se levantó