Capítulo 10

Mi papá y mi hermano llevaron mis cenizas de regreso al mar. Ellos llevaron mis cenizas a esa playa de mis sueños. Cuando llegó la primavera, mi hermano esparció mis cenizas en la parte más azul del océano. Al escuchar el sonido de las olas golpeando las rocas y respirar el aire salado, sentí que mi alma, por fin, era envuelta por el mar, logrando la paz. Después, el mercado internacional sufrió un asedio de capitales: mi papá y mi hermano, junto al equipo principal, fingieron la bancarrota y desaparecieron discretamente. Resultó que, en Grupo Bravo, apenas quedaban unos pocos altos directivos capaces de sostener la empresa. En menos de dos años, fue absorbida casi por completo por la competencia. Claudio pasaba los días encerrado en la mansión, abrazando la tabla de surf que yo había dejado, murmurando una y otra vez disculpas. Enrique, consumido por la preocupación, sufrió un derrame cerebral y quedó paralizado. Así, la junta directiva se sumió en el caos. No pasó ni medio año más an