Capítulo 19

José fue hasta la entrada y vio a Manuel esperando afuera. Le sonrió: —El mayordomo me dijo que en estas dos semanas has venido seis veces. ¿Qué necesitas? Manuel lo miró fijamente a los ojos: —Vengo a ver a Isabel. Su teléfono ha estado apagado todo este tiempo. ¿La tienes encerrada? Aunque sean esposos, lo que haces es ilegal. José soltó una risa fría: —¿Así que recuerdas que somos esposos? ¿No crees que te estás preocupando demasiado por Isabel? Se acercó unos pasos y bajó la voz: —Aunque Isabel te haya besado, eso no significa nada. Solo lo hizo para provocarme. ¿De verdad crees que siente algo por ti? Manuel se quedó rígido. —De ahora en adelante, deja de venir, aunque tengas algún motivo. Aquí no eres bienvenido. De regreso a la habitación, cada vez que pensaba que otro hombre deseaba a Isabel, los celos lo consumían por dentro. No, no podía dejarla allí, era demasiado peligroso. Tenía que llevar a Isabel a vivir a la nueva isla que acababa de comprar. Inmediatamente ordenó a Ant