Capítulo 20

[Si no vuelves, no hay nada que discutir] Observé mi teléfono, que no paraba de sonar, hasta que mi última pizca de paciencia se evaporó. Bloqueé completamente a Víctor. Luego, pareció que Víctor se percató de que había sido bloqueado en WhatsApp y empezó a llamarme por teléfono; decidí bloquear también su número. Finalmente, reinó la paz. Me sentí como si hubiera liberado un gran suspiro de alivio; todo mi cuerpo se relajó. Debería haber hecho esto hace mucho tiempo. Nunca he sido alguien a quien se le pueda intimidar fácilmente. Víctor, con su amante, me hirió directamente, ¿por qué no reaccioné en ese momento? Comencé a lamentar no haberme vuelto loca dos días atrás para recuperar mi dignidad. La puerta se abrió y Manuel entró, impecable como siempre. Escondí rápidamente mi teléfono y le sonreí: —Manuel, me siento mucho mejor. Manuel se acercó y examinó mi rostro cuidadosamente, asintiendo: —Estás mucho mejor. Sin embargo, esta tarde aún necesitas ir a ver a José para un chequeo com