Capítulo 28

Durante todo el invierno, Salvador no volvió a ver a Andrea. Ella se volvió excepcionalmente ocupada, muchas veces dormía en casa de Carmen o directamente en las oficinas de Medios Nueva Ola. —¿Andrea no ha regresado en todo este tiempo? —Preguntó Salvador en cuanto cruzó la puerta de la mansión con el brazo alrededor de Julia, dirigiéndose a Clara, que venía de frente. Clara se quedó un instante paralizada al ver la mano de Julia en la cintura de Salvador. El señor Salvador, por más ambigua que hubiera sido su relación con aquella estrella en el pasado, nunca había sido tan descarado. Ahora ni siquiera se molestaban en disimular. ¡Esto ya era demasiado! Si la señora Andrea llegaba a enterarse, podría sentirse profundamente herida. —Clara. —Repitió Salvador con voz grave, frunciendo el entrecejo con impaciencia en la mirada. Julia lanzó una mirada de desprecio a Clara de arriba abajo. Luego, recostándose en el pecho de Salvador, sonrió y dijo: —Salvador, parece que Clara no está siendo