Capítulo 84

Andrea arqueó una ceja: —¿Disculparte? Vicente se rascó la cabeza con incomodidad, el rostro lleno de remordimiento, y dijo: —Directora Andrea, antes fui muy tonto, y... y le dije cosas muy fuera de lugar. Lo siento muchísimo. —Ah —Andrea pareció recordar recién el asunto, parpadeó y luego respondió: —No pasa nada. En realidad, ni lo tomé en cuenta. Ya es muy tarde, deberías ir a descansar. Andrea no era una persona rencorosa. Además, ni siquiera había prestado demasiada atención a ese incidente. Para ella, que surgieran diferencias en el trabajo era algo completamente normal; al fin y al cabo, todos querían lo mejor para la empresa, no había mala intención ni complots deliberados. Por lo tanto, no existía razón alguna para enemistarse con Vicente por eso. Su actitud fue tan serena, que precisamente por eso, el rostro de Vicente se fue tornando cada vez más rojo de la vergüenza. ¡Andrea era tan generosa! No solo tenía talento y capacidad, ¡además tenía un carácter increíble! Durante la