Capítulo 477

Wilbur se rio entre dientes. "Tú también eres un luchador brillante, señor". "No hay necesidad de bromas. Puede que me hayas vencido en combate, pero ahora voy a por todas. Yo que tú tendría cuidado", dijo el anciano. Wilbur frunció el ceño. "Seguro que no es necesario". "¿Por qué no? Me enfrento a un experto. No hay duda de que me espera una buena pelea. Si consigues aguantar tres minutos dentro de mi barrera espiritual, mi promesa de antes sigue en pie", replicó el anciano. Wilbur sacudió la cabeza, exasperado. "¿De verdad estás tan desesperado por un alumno?". "¡Mucha gente solo puede soñar con ser mi alumno, joven! Déjame mostrarte en qué consiste el verdadero poder". El anciano retrajo la lanza y gritó: "¡La Ira de la Lanza!". De repente, la energía espiritual explotó del cuerpo del anciano y se convirtió en llamas espirituales. Al mismo tiempo, aparecieron cien lanzas en un radio de veinte metros alrededor de ambos cultivadores. Las lanzas tenían formas y tamaño