Capítulo 12
“¿Ibas a rechazarme?”
Luce casi frágil en este momento, pero la ira en  su mirada me confunde. Alguien tan poderoso como él puede ser tan vulnerable.  No obstante, no estoy segura de si está enojado conmigo o con Victoria.
“¿Qué?”
Es la segunda vez en un solo día que me quedo  atónita.
“¿Estás sorda? Te pregunté si ibas a  rechazarme.” Repitió con un tono tranquilo, pero la advertencia y la furia  ocultas entre sus palabras son tan claras como el agua.
“¿De verdad estás tan decepcionada de que yo sea  tu compañero que ibas a rechazarme en medio del campo? ¿Estás tan desesperada  por dejarme? ¡Responde!”
“No…”
Antes de que pueda darle una explicación, me  encuentro contra la pared con él frente a mí. Estoy atrapada entre el muro  detrás de mí y su cuerpo duro.
“¡Responde!” Gruñó y golpeó la pared tan fuerte  que se agrietó.
“No me mientas, cachorra. Si planeas rechazarme,  hazlo ahora mismo porque será la única vez que lo acepte. Si intentas hacerlo  después, me negaré. Sin importar cuánto ruegues o si huyes de mí, si no me  rechazas en este preciso instante, serás mía para toda tu vida. Así que  piénsalo bien y decídete de una vez porque esta será tu única oportunidad.”
Me doy cuenta de que hablaba en serio y  considero lo que acaba de decir. Sin importar cuánto me disguste ser su  compañera, no creo que pueda rechazarlo. Al fin y al cabo, no es fácil  rechazar a un compañero y seguir como si nada. Es más que obvio que todavía  no siento nada por él, pero no puedo rechazarlo ni tengo el poder para  hacerlo. Debo darle una oportunidad. Al parecer, mi largo silencio fue todo  lo que necesitó para confirmar que no voy a rechazarlo.
Asiente y sale de mi habitación no sin antes  decirme que me prepare para la fogata. Me quedo mirando la puerta de mi  habitación perpleja por unos momentos y luego obedezco a regañadientes.
Tomo una ducha rápida para deshacerme de toda la  tierra, hojas y ramitas que se quedaron pegadas en mi pelo y lo hacían lucir  como un nido de pájaros. También me quito la suciedad del resto del cuerpo.  Mis heridas ya están curadas, es una de las ventajas de ser una mujer lobo.  Después del baño, me seco con una toalla. No tengo tiempo para aplicarme  loción corporal, así que tan solo me pongo unas mallas color granate y una  camiseta blanca. Después, me cepillo el cabello y lo amarro en una cola de  caballo alta. Me puse un poco de máscara de pestañas antes de salir del baño.  No me gusta usar lápiz labial, pero me coloqué un bálsamo para mantener mis  labios hidratados.
De repente, doy un salto de sorpresa al ver a  Zaden en mi habitación mirando unas viejas fotos mías. Gira hacia mí y me  analiza, me está mirando de pies a cabeza. Esperaba un cumplido de su parte,  pero lo único que obtengo es un ceño fruncido. Este tipo necesita relajarse,  tiene un talento especial para arruinar el buen humor de las personas.
“Ponte otra cosa.” Me ordenó.
Lo miro confundida. Él suspira molesto y  continúa hablando.
“Llevas ropa demasiado llamativa. No quiero, no,  déjame corregirme, no necesito que otros hombres te miren cuando camines.  Ponte algo más oscuro y holgado.”
Me quedé boquiabierta mientras él me decía lo  que opinaba. De alguna manera, puedo entender su punto. Los machos son  posesivos con sus compañeras y, en el caso de los lobos de mayor rango, es  mucho peor. Además, no quiero discutir con él, así que regreso a mi armario  para cambiarme. 
Me pongo una chaqueta con cremallera y unas  mallas negras. Es lo más holgado que me pondré. Salgo de nuevo y parece que  sigue irritado con mi nuevo atuendo. Se quita su sudadera con capucha gris  con un resoplido y me la arroja. Vuelvo a mi armario para ponérmela y, antes  de salir por tercera vez, percibo su aroma. El olor a madera calma mis  nervios. Cuando salgo, él está frente a mí. Su cuerpo ancho es más que  suficiente para cubrirme por completo.
Su sudadera es demasiado grande y me llega hasta  los muslos. Comienzo a subirla un poco, pero me detiene con un gruñido. Lo  miro y noto que parece a punto de explotar.
“No te atrevas a levantarla. No tienes por qué  hacerlo, está bien así.” Dijo enojado.
“Pero me queda demasiado grande, por eso la  estaba ajustando un poco para que luciera mejor y estuviera más cómoda.”
En un instante, apareció frente a mí con su  nariz casi tocando la mía.
“¿Quieres llamar la atención de los otros  hombres, compañera?”
Sacudo la cabeza mientras él sigue hablando.
“Espero que no porque ahora eres mía. Tu cuerpo,  tu alma, todo… Lo digo en serio, todo de ti es mío. Usarás ropa ajustada solo  para mí y te cubrirás cuando te lo ordene.” Me toma de la cintura con una  mano y aprieta mi trasero con la otra. De seguro le gusta mi cara de asombro  porque sonríe con una sonrisa sádica y tira de mí más cerca de su cuerpo.
De pronto, rompe el contacto visual y se inclina cerca de mi oído. Puedo sentir sus labios muy cerca del lóbulo de mi oreja y su respiración hace que la mía se detenga. “Eres mía, Riven, mía. Cuanto antes lo admitas, más rápido serás feliz. De lo contrario, no puedo prometerte nada.”
¡No puedo creerlo!
Mis días de libertad han terminado.