Capítulo 14
“Una a quien le importa su compañero.”
La repentina voz dentro de mi cabeza me hizo  saltar de sorpresa y choqué con Zaden por accidente. Me mira irritado como  siempre y sigue caminando hacia donde quiera que estaba yendo antes de que lo  interrumpiera. ¿Cuál es su problema? ¿Por qué no puede sonreír un poco como  la gente normal? Miro a mi alrededor para comprobar de dónde vino la voz,  pero no veo a nadie cerca.
“¡Qué extraño!” Pensé.
¿Estaba alucinando? Así que ahora escucho voces  en mi cabeza.
¡Vaya! Por fin estoy enloqueciendo. Supongo que  es gracias al vínculo de compañeros. Este est*pido vínculo primero dejó mal a  Rhea y ahora estaba jugando con mi cabeza. ¡Perfecto!
De pronto, siento una mirada acalorada sobre mí  y, cuando me doy la vuelta, veo a Zaden observándome con el ceño fruncido  como si me preguntara “¿estás loca?”.
Me río con nervios al notarlo. “Lo siento, me  perdí en mis pensamientos por un instante.”
Entonces me mira como si dijera “no me importa”  o “vete al diablo”, y se da la vuelta de nuevo.
De un momento a otro, escucho unas risas cerca,  pero ninguna era de mi compañero. Levanto la mirada y veo a entre cinco o  seis personas sonriéndome. Todos lucían demasiado mayores como para haber  participado en la cacería de este año o siquiera de esta década. De repente,  cruza por mi cabeza la idea de que ellos deben ser los Ancianos, a los que  tanto odio porque nunca toman una decisión justa. Ellos son el principal  motivo de la hipocresía que hay en nuestra sociedad. Son los que pusieron las  estúpidas reglas sobre la caza, los que decidieron que una mujer no puede  gobernar, los que dijeron que las mujeres solo deben quedarse en casa para  cuidar a los niños y no deben estar en el campo de batalla.
Por suerte, he entrado en secreto al otro lado  del bosque con Ronan y un amigo suyo que es el hijo de unos de los líderes de  los guerreros.
Les devuelvo la mirada a estas personas y les  muestro una sonrisa tensa. Una mujer de cabello negro grisáceo me comienza a  hablar. “Tranquila, querida. Solo queríamos saber cómo te va con todo esto.  Estábamos hablando con tus padres y dijeron que no te emocionaba participar  en las festividades de este año, ¿es cierto?”
Respondo con una pequeña sonrisa y con cortesía.  “No quiero ser grosera, pero ¿puedo preguntar quiénes son ustedes? No conozco  sus rostros, pero, si conocen a mis padres, tal vez haya escuchado sus  nombres.”
La misma mujer suelta una carcajada. “Somos los  Ancianos, querida, pero creo que eso ya lo sabías. Entendemos que no conozcas  nuestros rostros porque adoptamos muchas formas.”
Los miro confundida, ¿qué quiso decir con que  adoptan muchas formas? Sin previo aviso, siento un apretón en mi cintura  seguido de un montón de chispas a lo largo de mi espalda. No puede ser nadie  más que Zaden. Lo más probable es que esté enojado conmigo porque lo dejé en  vergüenza frente a los lobos más respetados y de mayor rango. Los Ancianos  casi nunca interactúan con los lobos comunes, pero ¡estaban hablando conmigo!  ¡Conmigo, una doña nadie!
“Mis disculpas, su señorías. Si hubiera prestado  más atención, no habría ocurrido este malentendido. Asumo toda la  responsabilidad.” Mi boca se movía, pero era la voz de Rhea la que salía de  entre mis labios. Habló a través de mí sin ningún problema.
“No te preocupes, Rhea. Entendemos que ninguna  loba tiene tiempo suficiente para preparar a su humana.” Rhea asiente y  vuelve dentro de mi cabeza. Estoy segura de que debo lucir muy confundida en  este momento, pero los Ancianos tan solo me sonríen y se van.
“¿Qué demonios fue eso?” Lancé la pregunta a  nadie en específico. Zaden me mira con su mano todavía en mi cintura. Me  desconcierto al ver que me está observando con una expresión suave por  primera vez. Aparta su mirada de la mía y se queda mirando el fuego. Yo hago  lo mismo mientras comienza a hablar.
“Esos eran los Ancianos. Llamaron a tu loba.”
“¡¿Qué?! ¿Por qué?” ¡No sabía que podían hacer  eso!
“Hicieron que tu loba hablara a través de ti. Al  parecer, vieron algo en ti y en tu loba que los ayudó a decidir.”
“¿Decidir qué?”
Zaden quita su mano de mi cintura sin responder  a mí pregunta y me mira con una expresión que no había visto antes. Es una  mirada de adoración y admiración, pero luce muy extraña viniendo de él. Alejo  mi mirada a regañadientes y luego él se va. Lo sigo con los ojos a medida que  lo veo acercarse con otro macho para conversar. Entonces, tomo una decisión  que sé que lo enfadará, pero necesito un tiempo a solas.
Camino hacia el fuego y me siento cerca de él  para sentir su calor en mi piel expuesta. Miro a mi alrededor de nuevo y veo  a todas las parejas abrazadas y felices. No sé si tomé la decisión correcta.  Tal vez, y solo tal vez, Zaden estaría mejor con una chica como Victoria.  Ella siempre dice lo que piensa y consigue lo que se propone. A pesar de que  Zaden es el Alfa más despiadado en esta región, Victoria discutió conmigo, su  compañera, frente a él. Una persona debe tener agallas para hacer algo así  delante de todos. Además, estoy segura de que sería una Luna perfecta para  una manada como la de él. Por otro lado, yo ni siquiera sé cómo se supone que  debo sentirme. Rhea está destrozada por cómo se comporta nuestro compañero  con nosotras. No quiero lastimarla más si lo rechazo, pero también sé que no  quiero estar con él. Es muy frío y distante. Todo se complicó demasiado y ya  no estoy segura de qué debo hacer. ¿Cómo se supone que debo crear un vínculo  con una persona que no está dispuesta a mostrarme sus emociones? ¿Cómo se  supone que debo hablar con él si siempre es tan distante?
¿Cómo voy a sobrevivir a ser su compañera?
¿Cómo voy a ser su Luna si no soporta más de  cinco minutos a mi lado?
¡Oh, Diosa de la Luna! ¡Por favor, ayúdame!