Capítulo 88

Josefina apretó los labios con resignación, en sus ojos brillaba una mezcla de incomodidad y una emoción sutil. Rápidamente se dio unas palmaditas en las mejillas para despejarse y emprendió el paso para irse. Al girarse, recién notó que en la columna contra la que se había apoyado estaban esculpidas numerosas figuras humanas representando todo tipo de placeres. El rostro de Josefina se sonrojó al instante, y enseguida se alejó apresuradamente. ¡Ese arte humano primitivo que cubría toda la pared no era algo que pudiera apreciar! Cuando Josefina salió del hotel con las mejillas encendidas, el chófer de Salvador ya había estacionado el auto en la entrada. Al verla salir, el conductor se colocó junto al carro, le sonrió y le hizo un gesto cortés de "por favor". Salvador ya estaba dentro del auto. La luz de la farola se filtraba por la ventana, dibujando con claridad su perfil definido, dejando la mitad de su rostro sumida en sombras. Atractivo y enigmático. El cuello de su camisa, previam