Webfic
Open the Webfic App to read more wonderful content

Capítulo 4 La verdadera mujer calculadora

En la sala, Fabián, Laura y Benito fueron de inmediato atraídos por el alboroto. Fabián fue el primero en salir corriendo. Al ver la escena frente a sus ojos, se enfureció; levantó a Dolores de un tirón y luego, sin pensarlo, alzó la mano para darle una bofetada a Susana. Ella retrocedió un paso, lo miró con frialdad y preguntó: —¿Qué significa esto? Dolores sollozaba. —¡Fabián, no lo hagas! Si Susana está enojada, es normal. Yo le quité la vida de señorita rica... Todo es culpa mía. Mientras hablaba, dejó ver a propósito el raspón de su brazo. Laura la miraba con profundo dolor. —Dolores, no es así. Susana, ¿cómo pudiste tratarla de esa manera? Ella ha vivido con nosotros tantos años, para nosotros es como una verdadera hija. Además, aquel intercambio no tuvo nada que ver con ella. El semblante de Susana permaneció sereno, pero en su sola presencia emanaba una presión invisible que hacía difícil respirar a los cuatro que la rodeaban. Con voz helada, dijo: —¿Yo la empujé? Dolores se apresuró a decir: —Susana, todo es culpa mía. Papá, mamá, Fabián, por favor no la regañen. Basta con que yo me mantenga lejos de Susana de ahora en adelante. Aquella aparente comprensión hizo que Fabián, Laura y Benito se sintieran aún más conmovidos, llenos de compasión por ella. Con tono severo, Benito ordenó: —¡Susana, pídele disculpas a Dolores! Susana entrecerró los ojos. —¿Y si no me disculpo? Fabián alzó la voz. —En la familia Valdez no hay lugar para personas malintencionadas. Si no te disculpas, ¡no vuelvas a poner un pie en la casa de los Valdez! Susana cerró los ojos por un momento, luego sacó su celular y reprodujo una grabación. [Susana, has hecho un gran esfuerzo para encontrar a la familia Valdez. Pero después de vivir tanto tiempo entre plebeyos, ahora que has vuelto, no traigas contigo esos malos hábitos]. Era la voz de Dolores, cargada de desprecio. [Los plebeyos son muy buenos, al menos no son hipócritas ni malintencionados]. [Susana, di lo que quieras, pero volver a esta casa... Eso es imposible para ti...] Después, en la grabación se oyeron sollozos. Laura, Benito y Fabián se quedaron pasmados, mirando incrédulos a Dolores. La cara de Dolores se tornó pálida de inmediato. ¿Cuándo había activado Susana la grabación? ¡Qué mujer tan vil! ¡Esa campesina miserable solo sabía tramar cosas! Laura estaba llena de sorpresa y decepción. —Dolores, ¿fue todo una farsa tuya? ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¿Esa era la misma Dolores obediente y dulce de siempre? La voz en la grabación era pura maldad y egoísmo. Dolores, al ver las miradas de decepción en su familia, rompió a llorar y cayó de rodillas. —Lo siento, papá, mamá, me equivoqué. Solo tenía miedo de perderlos. Perdónenme, los he decepcionado. Fabián también estaba sorprendido, pero al ver a Dolores en ese estado, su corazón se llenó de ternura. La levantó con cuidado. —Cariño, para nosotros siempre serás lo más importante. Luego miró a sus padres. —Papá, mamá, ustedes conocen la personalidad de Dolores. Ella siempre ha sido inocente. Esta vez actuó así solo porque temía perderlos. Laura dudaba, con las cejas fruncidas, mientras veía a Dolores llorar hasta casi ahogarse. Finalmente se ablandó. Cuando quiso volverse para hablar con Susana, solo alcanzó a ver su silueta alejándose. Su corazón dio un vuelco y una extraña ansiedad la invadió. —¡Susana! Fabián bufó con desdén. —Si quiere irse, que se vaya. ¡Con ese carácter tan insoportable, parece como si fuéramos nosotros los que le rogamos que volviera! —¡No te atrevas! —Lo reprendió Laura, aunque su voz carecía de firmeza. —Al fin y al cabo, también es tu hermana. Fabián respondió con seguridad: —¡Mi única hermana es Dolores! En el fondo, alguna vez había sentido curiosidad por su hermana biológica. Pero ahora que la había visto, con un carácter tan duro e irritable, ni siquiera llegaba a la mitad de lo encantadora que era Dolores. Laura se enfureció, aunque impotente, al final miró a Benito. —Cariño, ¿qué hacemos ahora? Él meditó unos segundos y respondió con calma: —Querer formar parte de una familia poderosa no es tan fácil. Ella creció en el campo, su carácter es demasiado fuerte. Que se calme y pula su temperamento antes de volver será, en realidad, algo positivo. —Tienes razón. Después de todo, Susana es una niña criada en el campo. No entiende de las intrigas, las reglas ocultas ni los cálculos del mundo de la alta sociedad. Más adelante, habrá que buscar a alguien que la eduque bien en etiqueta y protocolo. —Suspiró Laura, aunque en el fondo seguía sintiendo cierta congoja: al fin y al cabo, era la hija que ella había dado a luz. Dolores, al notar el estado de ánimo de Laura, sonrió de repente y dijo: —Mamá, ¡la profesora Sofía ya llegó a Santa Aurelia y aceptó verme! —¿En serio? —Los ojos de Laura se iluminaron y la incomodidad se desvaneció al instante. —La profesora Sofía es jurado del concurso nacional de piano. Si recibes sus enseñanzas, será aún más fácil que ganes el campeonato. Vamos, vayamos a verla. ... Susana ya había llegado a la puerta. Nadie salió a buscarla, pero ella no se sintió decepcionada; más bien, era lo que esperaba. Dolores era, sin duda, hipócrita y repugnante. Pero podía mostrarse tan arrogante solo porque la familia Valdez la respaldaba y la mimaba. Si en sus corazones solo había lugar para Dolores, ¿qué sentido tenía para ella regresar? Solo le apenaba no haber recuperado los obsequios. Susana subió al auto. La comida de antes la había dejado con hambre, así que buscó un restaurante reconocido de Santa Aurelia. Al entrar, preguntó directamente por un salón privado. El camarero se disculpó: —No nos queda ningún privado. Si quiere, puede sentarse en el área común. Susana no estaba acostumbrada a comer en público y dudó un momento. Justo entonces alguien chocó con ella por detrás. Al levantar la vista y ver de quién se trataba, en sus ojos brilló un destello de sorpresa.

© Webfic, All rights reserved

DIANZHONG TECHNOLOGY SINGAPORE PTE. LTD.