Capítulo 11

Aunque el médico había dicho que Valeria podría ser dada de alta al día siguiente. Los padres de la familia García no estaban tranquilos y exigieron que se quedara internada unos días más en observaciones. Adrián también estuvo de acuerdo. Así, durante cinco días seguidos, Adrián permaneció al lado de la cama de Valeria. Desde suplementos posquirúrgicos importados y carísimos hasta flores de edición limitada, bastaba que Valeria mencionara algo al pasar para que él lo consiguiera de inmediato. A veces incluso iba él mismo a buscarlo. La habitación estaba llena de cajas de regalo envueltas con exquisitez. Valeria, con el celular en alto, se hacía selfis con aquella montaña de obsequios detrás. —Adrián, ¿se ve bien este ángulo? —¿No está un poco raro? Adrián asentía distraído, pero sus ojos estaban fijos en el Instagram que Valeria acababa de subir. En la cuadrícula aparecía la pulsera, una de las joyas que él le había regalado, acompañada de la frase: Solo los favorecidos pueden sentirs