Capítulo 19

—¡Pero Sofía! ¡Ese hombre era famoso por ser exigente y casi siempre rechaza cualquier propuesta de colaboración! La mano con la que Sofía sostenía el teléfono se detuvo un instante; la luz de la farola caía sobre su rostro. —Pero ayer dijo que volvería a considerar el contrato. —¡Eso significa que tienes posibilidades! —Natalia prácticamente gritaba. —Si de verdad no estuviera interesado, te habría despedido en el acto. Que diga que lo va a pensar significa que, por lo menos, tiene un setenta por ciento de intención. ¡Dale seguimiento, no aflojes! —Está bien. Al colgar, Sofía pidió un auto. Una vez dentro, la sensación sofocante del calor se disipó en gran parte. Al día siguiente, Sofía estaba aplicándose el pintalabios frente al tocador cuando el tono del celular sonó de manera abrupta. El nombre de Bruno apareció en la pantalla y, tras dudar dos segundos, contestó: —¿Señor Bruno? —Señorita Sofía. —La voz al otro lado llegó acompañada de una ligera risa; parecía haber tráfico de fond