Capítulo 23

La mano de Adrián que sostenía el teléfono estaba temblando. Él alzó la mirada bruscamente: —¿También fuiste tú quien la acusó de robar en su cumpleaños? —¿Y aquella vez de la alergia y la quemadura, también lo planeaste? Valeria, ¿cómo puedes ser tan cruel? El rostro de Valeria se puso pálido al instante; retrocedió por instinto y chocó con el florero detrás de ella, que cayó al suelo con estrépito. —Yo... yo te quiero demasiado, por eso hice todo eso... Llorando, trató de justificarse: —Ella siempre finge ser generosa, finge que nada le importa... Yo solo quería que vieras la verdad... Adrián, incapaz de contenerse, alzó la mano y le dio una bofetada contundente. Valeria, llevándose la mano a la mejilla, cayó sentada en el suelo, completamente incrédula: —¿Me pegas por ella? ¿Y tú dices que no te importa acostarte con ella? ¡Adrián, eres un hipócrita! Mientras escuchaba sus gritos, una profunda decepción invadió el corazón de Adrián. —¿Todos estos años de tratarte bien no significaro