Capítulo 16

Al obtener la respuesta que deseaba, José se llevó el diario consigo. Tenía que ir a buscar a Ana. La competencia estaba a punto de comenzar, y Ana siempre había sido muy profesional, así que seguramente estaba entrenando horas extras en la pista. Pero tan solo pensaba en el dueño del club donde estaba Ana ahora, el hombre que había visto la noche anterior en Cielo Nocturno. Un sentimiento de pánico inexplicable se apoderó de José, junto con una intensa sensación de crisis. Estaba convencido de que ese hombre le gustaba a Ana. José apretó inconscientemente el volante. Ana era muy talentosa; una mujer hermosa y capaz, nadie podría no sentirse atraído por ella. Incluso cuando él y Ana eran prometidos, varios hombres se habían acercado a confesarle su amor. Aunque al principio se sintió incómodo, no lo había tomado demasiado en serio. Ahora, al recordarlo, una fuerte sensación de celos lo envolvía. Ana realmente era demasiado impresionante, y cada gesto suyo podía dejar a cualquiera deslu