Capítulo 11

Ana curvó levemente las comisuras de los labios en silencio. Tras un instante de extraño silencio, los invitados presentes comenzaron a murmurar en voz baja. —Este Alejandro sí que era despiadado. —Convertir a la esposa en amante… Esa jugada fue demasiado cruel. —Y no solo eso: incluso permitió que su verdadera amante le arrebatara lo que no le pertenecía y ocupara el lugar de la señorita de la familia García. ...... Alejandro, sintiendo las miradas que llegaban desde todas partes, ordenó con furia a su asistente que cortara la energía de inmediato. Cuando la pantalla se oscureció, por fin soltó un suspiro de alivio. Sin embargo, Ana sacó su teléfono y lo agitó frente a él. —Todo lo que ocurrió hace un momento fue transmitido en directo. —Y además, imprimí las fotos tuyas y de Carmen en la cama. Sus labios rojos se alzaron con sutileza. —A estas alturas, seguramente ya estén esparcidas por cada rincón de Valdemora gracias a los drones. —Y también puse a reproducir cada una de tus graba