Capítulo 19
—Bueno, me rindo, ¿bien? Eres tan molesta, en serio —dijo Eric antes de lanzarse él mismo al agua después de no rendirme y perseguirlo durante veinte minutos.
—Eso es, como un buen chico —comenté y traté a duras penas de contener la risa. Él permaneció en el agua mientras Shane, Audrey y yo nos dirigíamos hacia la fogata.
—¿Llegaste hace solo unos minutos y ya estás mojada, Alexis? Eso no es lo que esperaba de ti —comentó Matt y puse los ojos en blanco.
Él y sus frases con doble sentido me superaban. Menos mal que solo era un amigo, o ya lo habría lanzado lejos con un puñetazo.
—Cállate, Matt. No querrás meterte con ella ahora. Consiguió un guardaespaldas para que los tipos como tú la dejen en paz. Ahora será mejor que empieces a comportarte antes de que te den una buena golpiza —dijo Shane y me hizo reír.
—¿Qué está diciendo, Alexis? ¿Es cierto? ¿Estás tratando de deshacerte de mí ya? Y yo que pensaba que ocurría algo. Que había una chispa entre nosotros. Me traicionaste con esta actitud. Hoy rompiste mi corazón —dijo Matt al fingir dolor.
—Vamos, Matt, ¿cómo puedo hacer eso? ¿Cómo puedo romper tu corazón así? Claro que hay algo entre nosotros —respondí, haciendo que Audrey se sonriera y que Matt pusiera un rostro de felicidad—. Eres como el hermano que nunca tuve —dije sonriéndole, y los ojos de Matt se abrieron de par en par mientras Shane y Audrey empezaban a reírse a carcajadas.
—Oye, ya lo habíamos superado, ¿no? No soy tu hermano. Llámame amigo, lo acepto, pero NO SOY TU HERMANO —refunfuñó Matt. Dijo la frase despacio y lo suficientemente alto como para que casi todo el mundo la oyera antes de entregarme una lata de refresco.
—Bueno, de todos modos, el lugar para mi hermano favorito siempre ha estado reservado para Shane —respondí y este hizo un gesto como si fuera una gran responsabilidad para él. Todos nos reímos una vez más.
Sí, esto era lo que yo llamaba una vida normal. Disfrutar y relajarse con los amigos sin ninguna preocupación en el mundo.
—Alexis, vamos a bailar cerca de la fogata como los demás. Es... —Audrey se detuvo en su frase con la boca abierta mientras miraba algo detrás de mí.
Fruncí el ceño ante su actitud y me volteé para ver la razón por la que actuaba así. Sin embargo, en cuanto me giré, me quedé impresionada al ver la escena que tenía delante. Allí, de pie frente a mí, estaba Eric sin camisa, en todo su esplendor, flexionando sus abdominales. ¿Y mencioné que estaba demasiado cerca para mi gusto?
—¿Qué demonios crees que estás haciendo? —le pregunté en un susurro, horrorizada al ver que todos nos miraban.
—Me lanzaste al agua y me dejaste solo. ¡Qué cruel eres, Alexis! Bueno, lo de la camisa es porque odio llevar la ropa mojada. No puedo quitarme los pantalones, pero al menos puedo quitarme la camisa, ¿no? —razonó y me dieron ganas de golpearlo por su atrevimiento.
—¿Quién es ese hombre? —Escuché que Matt le preguntaba a Audrey y ella tragó en seco.
—Es aquel del que hablaba Shane. El guardaespaldas de Alexis. El que se encarga de protegerla de tontos como tú —respondió ella.
—Si no te gusta usar la ropa mojada, ve, siéntate cerca de la fogata y sécate. ¿Por qué has venido aquí? —Al decir esto, me volteé para tomar la mano de Audrey.
—¿Por qué actúas de forma tan extraña? Es un pedazo de carne ardiente en nuestra especie. No hay nada malo en apreciar algo de belleza en el mundo —dijo Ariana después de tanto tiempo, y no pude evitar sentir que algo andaba mal en mi cerebro.
—¡No pongas tus emociones en mí, loba falsa! Estoy segura de que son tus hormonas las que están afectando mi raciocinio. Yo no soy del tipo de mujer que queda fascinada por un chico con tanta facilidad —repliqué.
Quería ocultar mis pensamientos culpándola a ella. Al llegar a la pista de baile, o eso creía yo, miré a Audrey y a Shane, que de inmediato se pusieron a bailar la canción Savage love.
—No me culpes, cariño. No puedo dejar de admirar la belleza cuando me aseguran que no existe una pareja para la que debo reservarme. Si no fuera por tu conciencia, ya me habría acostado con alguien —dijo Ariana, lo que me hizo abrir los ojos de par en par.
¿Una conciencia o una loba falsa podía tener relaciones sexuales? ¿Me estaba volviendo loca o era real lo que había dicho Ariana?
—¿Cuántas veces voy a tener que decirte que estás en mi cabeza, mujer? Además, ¿con quién quieres irte a la cama? ¿Mark? ¿Eric? ¿Matt? ¿O con alguno de mis perseguidores? —bromeé, sin embargo, la respuesta que me dio superó las expectativas.