Capítulo 58

Solo que ellos podían armar escándalo, pero no permitir que Melchor supiera la verdad. Ella se dejó caer a propósito, ocultó la vista con toda intención; en la cámara no debería notarse. Pero con las grabaciones de vigilancia, el asunto era distinto. Al principio, con tantos testigos, se suponía que, aunque Carolina quisiera armar un pleito, no tendría cómo hacerlo. Sin embargo, no esperaba que esta vez se mostrara tan obstinada. Lilia no quería que revisaran las grabaciones y, con lágrimas cayéndole a raudales, intentó desviar la atención de Melchor. —Carolina, ¿no confías en mí? Nos conocemos desde hace tanto tiempo, ¿no sabes ya qué clase de persona soy? Con tanta gente que presenció la escena, ¿tampoco les crees a ellos? Ya sé, no te gusta que yo esté con Melchor y quieres ir contra mí, pero ¿por qué no lo piensas un poco? ¿Qué motivo tendría yo para hacerle daño a Yago? Carolina frunció ligeramente las cejas. ¿Cómo era posible que siempre terminaran relacionándolo todo con la idea