Capítulo 85

Las heridas del cuerpo de Carolina ya habían sanado por completo; solo la de la cabeza, que había sido más grave, seguía cubierta, aunque ese día también podía retirarse la venda. Juan, intranquilo, fue personalmente a recogerla en auto y la llevó al hospital para un chequeo. Solo cuando confirmaron que todo estaba bien se quedó tranquilo. Al salir de la consulta, después de que el médico revisara los resultados, Carolina lo vio de pie en el pasillo, junto a la ventana, observando con atención el exterior. Vestía un traje de alta costura en tono gris plateado; su porte erguido lo convertía en el maniquí perfecto para cualquier prenda. Los transeúntes que iban y venían no podían evitar mirarlo. Carolina se acercó y le dio un leve toque en el brazo con el dedo. —¿Qué miras? Él se giró; la ligera curva en la comisura de sus ojos denotaba buen ánimo. —Hace un momento vi a una chica que me recordó mucho a ti en la época del instituto. Carolina se quedó sorprendida; ella misma ya ni recordab