Capítulo 1161

Después de que Lorena dejó a la familia Martínez, su teléfono sonó: era un mensaje de un número desconocido. [Lorena, cada vez eres más impresionante]. El semblante de Lorena se ensombreció. Instintivamente, miró a su alrededor, pero todo estaba en silencio; no había nadie. Apretó los labios con firmeza y no respondió al mensaje. Después de subir al auto, recibió otro. [¿Qué piensas hacer ahora? Lorena, detente]. Lorena comprendió de inmediato que se trataba de una advertencia. Si continuaba involucrándose en ese asunto, esa persona también se volvería en su contra. Aun así, no respondió. En cambio, marcó el número que Leonardo le había dado. Del otro lado, contestó una voz anciana. Lorena, con cortesía, se presentó: —Doña Estefanía, buenas tardes. Soy Lorena. Hubo unos segundos de silencio, seguidos de un suspiro que sonó entre la resignación y la melancolía. —Así que eres tú. Lorena se sorprendió un poco; por el tono, ¿acaso Estefanía la conocía de antes? —Doña Estefanía, ¿podría ver