Capítulo 401

Yago recorrió la segunda planta, pero muchas de las áreas allí eran privadas y no sabía a qué puerta debía llamar. Mientras tanto, Lorena, al ser arrastrada a un espacio desconocido, se apoyó en la puerta, jadeando. Se dio cuenta de que la persona a su lado no era Ignacio, así que intentó apartarlo con la mano, pero al tocar la piel del otro, aquel deseo reprimido y profundo despertó de inmediato; parecía que no le desagradaba el contacto de piel con esa persona. Confundida, levantó la cabeza para intentar ver quién era, pero ante sus ojos todo era tan confuso que no lograba distinguir la cara del otro. Respiró hondo y quiso apoyarse en la pared para seguir avanzando, pero empujó la puerta que tenía delante. Si hubiera estado sobria, habría notado que en realidad no había subido a la segunda planta, sino que se encontraba en una habitación de la planta baja que no estaba completamente cerrada. Al abrir la puerta, podía encontrarse directamente con los invitados del exterior. Detrás de