Capítulo 997

Lorena, al verlo de acuerdo, se liberó de manos y pies para actuar; él hizo que Ezequiel contactara con Melchor. Melchor, cada vez que escuchaba el nombre de Lorena, sufría una especie de sobresalto, recordando la escena vergonzosa de aquella noche. Así que cuando oyó a Ezequiel, aquel hijo ilegítimo, decir que Lorena quería invitarlo a un encuentro, casi deseó sacar una pistola y despacharlo a él primero. Pero alrededor de Ezequiel había muchos expertos protegiéndolo, de modo que Melchor contuvo una y otra vez su impulso. —¿Esa mujer descarada cree que es alguien? ¿Cree que solo porque quiere verme lo conseguirá? Je, je. Ezequiel se sintió algo incómodo; nunca le había agradado Melchor, porque desde el principio este se había amparado en su condición de heredero para abusar de él. Más tarde, cuando Eloy se fijó en él y consiguió dinero para comprarse guardaespaldas, Melchor se fue calmando poco a poco. —Dice que tiene algo muy importante que contarte, sobre el secuestro de Nancy la úl