Capítulo 998

Mario se dio cuenta de que, aunque Lorena se había divorciado de Pedro, en el corazón de este esa mujer descarada seguía teniendo un lugar. Cuando aquella descarada muriera, él todavía podría ir a rendirle cuentas al otro, y así su posición sin duda se elevaría cada vez más. Tan solo con pensarlo, toda la frustración de este tiempo se disipó por completo. Mario hizo una seña para que sus hombres avanzaran; no tenían que preocuparse por Melchor, sino centrarse en acabar con Lorena. Melchor, sentado dentro, llevaba escuchando más de una hora las palabras vacías de Lorena y aún no veía intención alguna de que ella se desnudara. Al final, no pudo contenerse más. —¿Hoy me has llamado solo para decirme estas tonterías? Lorena, así tu sinceridad es muy poca. En ese instante, el celular de Lorena vibró: era un mensaje de Benjamín. El contenido, a grandes rasgos, decía que los hombres de Mario ya se habían puesto en acción. La comisura de sus labios se curvó. —Señor de la familia Reyes, no se a