Capítulo 42

¿Acaso para ellos esto era como si Regina hubiera dicho que esa mañana no había desayunado? Los sirvientes se apresuraban diligentes a colocar los cubiertos frente a Regina, mientras Alonso le alcanzaba los utensilios. —¿Tienes hambre? Si no es mucha, prueba un poco; y si sí la tienes, come más. Regina avergonzada tomó los cubiertos sin saber muy bien cómo reaccionar. Miró asombrada la mesa repleta de platillos. En efecto, tenía algo de hambre, pero en ese momento no estaba preparada para comer. Y mucho menos para sentarse tan tranquila a la mesa junto con toda la familia Ruiz. Alonso le lanzó una mirada despreocupada y luego, con total naturalidad, tomó sus propios cubiertos, y sirvió una porción de lomo de cerdo adobado y la colocó en el plato de Regina. —Prueba este primero. El chef de demuestra casa es excelente preparando este tipo de platillo. A Regina le gustaban ese tipo de comidas, en particular las especialidades de Altavista como el lomo de cerdo adobado. Al verla aún algo a