Capítulo 67

Así que era mejor buscar en la tienda del sistema un espacio portátil que pudiera controlar con la mente; de esa forma, no tendría que preocuparse por dañarlo. Luego, Adelaida compraría otros objetos y armas para proteger su vida. Por eso, debía esforzarse aún más en la purificación. Por si algún día el sistema volvía a distanciarse de ella, o incluso cortaba la conexión, al menos estaría preparada mentalmente. Adelaida pensaba en estas cosas mientras, sin darse cuenta, se giraba en la cama. Al girarse, Adelaida volvió a tocar una de las cuentas de la pulsera. —Hermanita, por favor verifica el iris. Adelaida lo pensó un momento y luego se incorporó para verificar el iris frente a la cuenta. —Verificación exitosa. —Hermanita, te extraño de veras mucho... ¿cuándo podré volver a verte...? Esta vez no apareció ningún espacio ilusorio. Parecía una simple grabación. —Hermanita, ya han pasado tres tortuosos años desde que te fuiste. Pero debes que felicitarme porque hoy por fin lo logré: fina