Capítulo 313
A excepción de él mismo, RK nunca dejó que nadie más supiera sobre esto. Todo el mundo creía que él prefería mantener a la niña dentro de su vida privada, pero en realidad no era así. Ocultó a propósito este hecho, porque deseaba que todos pensaran que la pequeña era su hija biológica y que tuviera una infancia feliz junto a otros niños de su misma edad. Por esa razón, decidió no revelarle a nadie su secreto. No importaba lo que todos opinaran, él evitaba explicarlo. Sin embargo, ese día, sintió el deseo de compartirlo con Stella.
Honestamente, ella se quedó sorprendida al escuchar la noticia. Había considerado muchas posibilidades, pero nunca se le había pasado por la mente que Alia no fuera la hija biológica de RK.
"¡La encontré en la estación de policía y la adopté ahí mismo!". Él continuó con su narración.
No mucho después de que él y Stella se divorciaran, RK estaba pasando por un mal momento. Solía conducir sin rumbo por la carretera, hasta que un día presenció un grave accidente de tránsito. Un automóvil había chocado contra un camión de carga larga. A pesar de la tensión, RK se mantuvo tranquilo y llamó a una ambulancia de inmediato. Cuando llegaron los equipos de rescate, él también ayudó en la operación. Fue entonces, cuando notó que el hombre que conducía el carro yacía muerto. Además, una mujer que protegía a un pequeño entre sus brazos, tristemente, también había fallecido, ¡pero el bebé seguía con vida! Más tarde, RK acudió a la comisaría para dar su declaración sobre el siniestro. Allí, el oficial le informó que el bebé no tenía familiares cercanos y que podría ser enviado a un orfanato. En ese preciso momento, él sintió que su existencia carecía de sentido, así que decidió adoptar a la niña, quien hoy por hoy era Alia.
Tras escuchar la historia, Stella no pudo contener un suspiro. El destino tenía giros demasiado crueles... Hacía poco, ella misma había experimentado un infierno completo. En ese momento, no supo si estaba viva o si había cruzado al otro lado. ¡Caray!, jamás habría imaginado que Alia había sufrido semejante desgracia siendo una bebé. ¡Dios, qué tristeza!
"Después de acoger a la niña, mi vida pareció reconstruirse lentamente. La decadencia se desvaneció y experimenté momentos de verdadera felicidad. Cada día, mi mayor dicha era pasar tiempo con ella. La pequeña había enfrentado adversidades desde temprana edad, y mi deseo era reparar cualquier desgracia que hubiera sufrido. Me repetía a mí mismo: 'RK, ¡Alia será tu heredera!'".
"Vaya, ahora lo entiendo. Si lo hubiera sabido, no te lo habría preguntado", dijo Stella mientras suspiraba.
"Aun sin que me lo preguntaras, te lo habría contado", sonrió R.K. No deseaba ocultarle nada a Stella; deseaba que ella fuera su confidente en cuanto a Alia. No sabía por qué, pero sentía una confianza infinita en esta mujer. Era como si algo dentro de él le dijera que eso era lo correcto.
Después de su estancia en el hospital, Stella sentía una disminución en su agudeza mental. Ella y RK nunca estaban de acuerdo entre sí. ¡Cielos! ¿Cómo podrían haber encontrado un momento de tranquilidad para conversar? ¿Les había llegado la hora de compartir sus más profundos secretos? Aunque incierto, el destino seguía siendo igual de asombroso.
"Siendo así, RK, como un trueque, te revelaré algo que nadie más conoce".
"¡Bueno, qué estás esperando!".
"Desde que era niña, siempre fui muy unida a mi madre, aunque hoy en día, apenas recuerdo su imagen. En aquel entonces, mi padre rara vez estaba en casa, y madre era la única que estaba a mi lado. Antes de dormir, ella me contaba cuentos y siempre me daba su consuelo cuando algo me pasaba. ¡Vaya!, parecía que era un cero a la izquierda para mi papá. Más tarde, mi madre quiso divorciarse. Yo sabía que mi padre había cometido un error gravísimo, por lo que mi madre no lo perdonaría. Pero, antes de poder concretar la separación, mi mamá enfermó. Fue una batalla para ella llevar a cabo los trámites. Finalmente, antes de su partida, pudo firmar los papeles. Poco después de que ella falleciera, Isabella, junto con Tristan y Sophia, se mudaron a nuestra casa y ocuparon la habitación que antes pertenecía a mi mamá. Con el tiempo, descubrí que la razón por la que mi papá nunca se había preocupado por mí, era porque entregaba todo su amor a una hija llamada Sophia, fruto de su relación con Isabella".
Mientras Stella hablaba, los recuerdos de su infancia inundaron su mente. Las cicatrices del pasado se manifestaron de nuevo, provocando una leve sensación de dolor en su corazón.
"Aún residía en el hogar que siempre había conocido, pero me sentía como una extraña en él. Mi presencia era ignorada y cuando no, era el objeto de risas burlonas. Conocía muy bien su desprecio hacia mí. Cuando tenía apenas seis años, David no se encontraba en casa y fue entonces cuando Isabella me propinó el primer golpe. Quise llorar, pero no me atreví; simplemente apreté los dientes y soporté el dolor. Anhelaba que alguien viniera en mi auxilio, pero lamentablemente, me refugié en un pequeño rincón de mi habitación. ¿Qué estaba pensando? ¿Cómo podía esperar que alguien me rescatara? ¡Se suponía que la niñez era una etapa feliz! Sin embargo, por aquellos días solo anhelaba crecer y marcharme. Deseaba alejarme de ese lugar donde crecía y donde mi familia me acosaba. A veces, hasta ansiaba que un automóvil me atropellara al salir, pues eso significaría no tener que soportar una existencia tan dolorosa. No me atrevía a plasmar todas mis emociones en mi diario, porque carecía de privacidad. Isabella entraba a mi habitación cuando no estaba y no había razón alguna para permitirle descubrir ninguno de mis secretos".