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Capítulo 5

Afortunadamente, ella encontró un empleo maravilloso, ya que era una chica muy talentosa. Así fue como mediante una ardua dedicación, había logrado convertirse en la jefa del departamento de diseño de su empresa. Hacía tres años, después de dar a luz a su bebé, comenzó una carrera como diseñadora de joyas, por lo que, en múltiples ocasiones, su trabajo ganó premios internacionales. Como se reubicó la sede de la compañía, ella también fue trasladada a una nueva localidad. No esperaba que su empresa decidiera finalmente mudarse a esa ciudad, donde habitaba gente que le había causado un gran daño emocional. Al enterarse de eso, ella pensó en renunciar y buscar otro trabajo. Sin embargo, había pasado mucho tiempo y su resentimiento se había disipado. "¿Por qué dejaría mi trabajo, después de esforzarme durante tres años, solo por esas personas horribles?", se dijo a sí misma. En alguna ocasión, ya lo había perdido todo por culpa de ellos, así que no estaba dispuesta a empezar de cero una vez más. Por lo tanto, decidió regresar. "¿Dónde está la diseñadora Carlewood? ¿Me dieron un vuelo equivocado?", murmuró para sí misma la asistente que sostenía el cartel. En ese momento, una voz clara se escuchó a su lado. "Yo soy la persona que viniste a recoger". Tan pronto como ella giró la cabeza, vio a una chica de su misma edad mirándola. Inmediatamente, quedó boquiabierta. "¿Es usted la señorita Vivianna Carlewood?". "¿Qué pasa? ¿No lo parezco?", preguntó esta, sonriendo. A la gente le costaba creer que hubiera podido convertirse en la jefa del departamento de diseño a los 24 años. Sin embargo, la edad no fue un factor determinante para sobresalir en ese trabajo, ya que había conseguido fácilmente ese puesto debido a sus grandes capacidades. "Perdóneme, mi nombre es Winslow Tallman. Vine para recogerla". Una vez dijo eso, un par de ojos brillantes y claros llamaron su atención. Se sorprendió por unos segundos y luego se echó a reír. "Diseñadora Carlewood, este es su hermanito, ¿no? ¡Qué lindo!". El pequeño hizo un puchero al escucharla y replicó: "¡No soy el hermano de mami! ¡Soy su bebé!". ¿Mami? Winslow se sorprendió de nuevo. Vivianna tenía más o menos la misma edad que ella, lo que ya era bastante sorprendente. ¡Y ahora ese pequeño de alrededor de cuatro años decía ser su hijo! La asistente realmente estaba atónita. "Te presento a mi hijo, Zeph", dijo Vivianna. "Mi nombre es Zephaniah Carlewood", intervino el pequeño, extendiendo la mano. "¡Qué nombre tan bonito!", respondió la chica, estrechando su manita, con una sonrisa. En el auto, durante el trayecto hacia el apartamento donde vivirían, Winslow siguió bromeando con Zeph, porque era demasiado adorable como para ignorarlo. Su ternura lo hacía irresistible, por eso, cuando la gente lo veía de inmediato empezaba a bromear y a jugar con él. Vivianna miró por la ventana. La ciudad le era familiar, pero al mismo tiempo muy extraña. Los recuerdos de cuatro años atrás aparecieron claramente en su mente. Ahí, ella había amado por primera vez, para luego odiar a ese mismo hombre. Durante los últimos cuatro años, había evitado enterarse de las noticias de ese país. Por lo tanto, no sabía nada sobre la situación actual de Lambert Enterprise. Por supuesto, ella tampoco quería saber nada al respecto. El nacimiento de su hijo fue muy inusual, porque había sido muy descuidada y ni siquiera sabía que estaba embarazada cuando ya tenía cinco meses. De pronto, ella sintió que el feto se movía, así que fue al hospital para solicitar un aborto. Sin embargo, los médicos rechazaron su petición. Por lo que tuvo que ir a muchas instituciones médicas, pero en ninguna de ellas accedieron a realizar la intervención, pues el feto estaba sano y ya se había convertido en un bebé. En un principio, ella estaba muy disgustada, pero cuando empezó a sentir que el niño crecía adentro de su vientre, su resentimiento comenzó a disiparse. Era un travieso alborotador que no cesaba de voltearse de un lado a otro e hizo que ella se encariñara poco a poco.  Posteriormente, llegó el momento de dar a luz. Ese día, ella todavía estaba somnolienta cuando oyó que la enfermera le susurraba al oído: "Tu bebé está sano y es un hermoso varón". De todos modos, ella no lo creyó hasta que la enfermera lavó al niño y lo colocó entre sus brazos. En ese instante, ella sintió que su corazón estaba brillando. De repente, un angelito había volado hasta su lado. Vivianna nunca esperó que el niño que le dejó aquel extraño fuera tan encantador. Desde entonces, su vida cambió tremendamente, ya que su pequeño la ayudó a escapar de un presente sombrío y a olvidar su resentimiento contra la familia Lambert. Así fue como ella comenzó a trabajar arduamente para criar a su hijo. Tuvo éxito al presentar una solicitud para convertirse en diseñadora de joyas y a partir de ese día recorrió un largo camino para llegar al sitio donde se encontraba en ese momento. Ella estaba triunfando, mientras su hijo se convertía en el centro de su vida. El automóvil atravesó una calle concurrida, donde se veía un letrero dorado de Lambert Enterprise que brillaba reflejando la luz del sol. Entonces Vivianna sintió una vez más un dolor que aguijoneaba su corazón.

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