Capítulo 19

El interior estaba lleno a rebosar: no había juguetes ni dulces, sino cartas atadas con cintas de seda, diarios de tapas finas y fotografías de todos los tamaños y ángulos... Todo, absolutamente todo, tenía que ver con él. Tomó la carta que estaba arriba de todo. El sobre estaba amarillento, con los bordes algo gastados. En él había dibujado un corazón rojo torcido y, debajo, escrito a lápiz: [La carta número cien para Mauricio]. ¿Cien cartas? El corazón de Mauricio se contrajo de golpe. Con manos temblorosas, abrió el sobre con urgencia y sacó las hojas, dobladas con sumo cuidado. Ante sus ojos apareció una letra delicada, aún inmadura. [Mauricio, hoy es el día número 365 desde que me gustas. ¡Un año entero! Aunque parece que todavía no te gusto, seguiré esforzándome.] [Hoy te vi en el banquete. Te veías increíble con traje negro, como un príncipe de cuento. Pero parecías un poco triste, fruncías el ceño todo el tiempo. Ojalá sonrías más.] [Mauricio, hoy saqué la nota más alta en mate