Capítulo 23
Al caer la tarde, la puerta de la habitación se abrió suavemente.
Amaya y Sergio entraron juntos.
Sergio llevaba una canasta de frutas; Amaya, un ramo de lirios blancos.
Mauricio abrió los ojos de inmediato. Su mirada se posó en Amaya con avidez, cargada de una esperanza cautelosa, casi temerosa.
—¿Cómo te sientes? —Preguntó Amaya, dejando las flores sobre la mesita de noche. Su tono era cortés y distante, con una preocupación educada, pero sin el menor rastro de emoción adicional.
—Estoy bien. —Respondió Mauricio, aún ronco, sin apartar la mirada de ella, como si quisiera fijarla en lo más hondo del alma.
Sergio dejó la canasta y, colocándose junto a Amaya, la rodeó de manera natural por la cintura. Luego miró a Mauricio: —Esta vez, fue gracias a ti que Amaya salió con vida. Esta deuda la recordaremos. Gracias.
Aquellas palabras se clavaron en el corazón de Mauricio como agujas.
Él nunca la había salvado por gratitud alguna.
Mauricio miró a Amaya. Trago difícil. En sus ojos se agitaro

Locked chapters
Download the Webfic App to unlock even more exciting content
Turn on the phone camera to scan directly, or copy the link and open it in your mobile browser
Click to copy link