Capítulo 5

Freya No había pensando que realmente me miraría de nuevo o peor incluso que me hablaría, pero de todas maneras me sentí decepcionada cuando no volteó a despedirse. ¿Por qué seguía pensando en él? ¿Acaso esa mirada que me había dado había sido suficiente para que mi imaginación volara?  —Freya —dijo el profesor mientras me entregaba un fajo de hojas—. Tienes que terminar todos estos papeles para el final del mes y te subiré la nota. Recuerda que mientras menos errores tengas, más alta será.  —Sí, señor —le respondí mientras inclinaba mi cabeza para demostrarle que realmente apreciaba el acto. Tomé los papeles para guardarlos cuando una mano apareció encima de la mía. Levanté la mirada con miedo. —Recuerda ser agradecida, Freya —me dijo en un susurro que me erizó la piel—. Recuerda que me estoy esforzando por ayudarte a aprobar, así que tú también tienes que esforzarte, ¿de acuerdo? —Sí —respondí con un hilo de voz, dando un paso atrás para obligarlo a soltarme. Volví a inclinarme una última vez antes de salir prácticamente corriendo del salón. No podía ser que esto me pasara.  Me fui directamente al baño, chequeé que no había nadie adentro, y finalmente me di el permiso de llorar. Respirando con dificultad, sentí las lágrimas caer por mis mejillas mientras soltaba suaves sollozos. ¿Acaso no era suficiente con lo de mis compañeros que también un profesor me tenía que molestar? Era la primera vez que me pasaba algo así, mi peor pesadilla se hacía realidad.  Después de unos minutos, había logrado calmarme un poco y sentía que podía volver a enfrentar la realidad. Revisé en el espejo el estado de mi rostro y por fortuna no se veía tan hinchado. Me eché agua para después limpiarme con delicadeza alrededor del área maltratada. Luego saqué mi corrector para tapar el moretón que de nuevo estaba viéndose, justo había terminado cuando la puerta del baño se abrió. —Eso fue raro, es cierto, pero Cameron siempre ha sido así —dijo Trisha entre risas entrando con Cindy. Mi suerte no estaba mejorando, ¿por qué tenía que seguir encontrándomelos? Poniendo los ojos en blanco, me metí en uno de los cubículos para no tener que lidiar con ellas.  —Lo sé, pero ya tiene dieciocho años, ¿sabes? —respondió Cindy entre risas, por lo visto no me habían notado—. Es natural que esté comenzando a notar a las personas a su alrededor.  —¿Quién piensas que será? Me encantaría que fuera yo, pero creo que será Sarah —añadió Trisha soltando un gritito mientras saltaba de arriba abajo con emoción. —También lo creo —dijo Cindy, aunque se escuchaba triste—. Simplemente son perfectos el uno para el otro. —Sí, tristemente sí —concedió la otra mientras la puerta del baño sonaba de nuevo—. Pero de todas maneras... La puerta se cerró y ya no pude escuchar más de la conversación. Salí del baño un tanto confundida con lo que había escuchado porque había pensando que Cameron y Sarah ya estaban saliendo. ¿Cómo que recién estaba notando a las personas a su alrededor? Lo peor de todo era que me sentía mal pensando en ello.