Capítulo 47

Elena también sentía que todo estaba perdido, pero en ese preciso momento solo podía hacer lo que estuviera a su alcance. Laura le entregó el celular. —Llámalo ahora y explícale bien las cosas. Quizás todavía tengas una oportunidad. Elena tomó el celular con urgencia y trató de abrir la bandeja de la tarjeta SIM, pero al no tener una aguja, casi se rompió una uña en el intento. La frustración volvió a abrumarla de nuevo y, sin poder controlarse, empezó a llorar. —Laura, no puedo abrirlo... —Tranquila, no te pongas así. Laura intentó calmarla, aunque estaba igual de preocupada. Buscó por todos lados hasta que por fin encontró un palillo de dientes que había quedado de un pedido de comida para llevar. —Intenta con esto. Después de varios minutos intentándolo, finalmente lograron insertar la tarjeta SIM de Elena. Ella encendió enseguida Instagram y trató de hacer una llamada de voz a Sergio. La pantalla mostraba: [El destinatario ha bloqueado tus mensajes], y por lo tanto la llamada de voz no se podía realizar. Elena, angustiada, intentó varias veces más, luego levantó la vista con ojos llenos de lágrimas hacia Laura. —Laura, ¿tu celular está dañado? —¿Y si él te bloqueó? —... —Tiene sentido. Solo si te bloqueó aparecería ese mensaje. —... Elena y Laura se miraron asombradas sin decir palabra. Ninguna había considerado que Sergio pudiera hacer algo así. ¿Un jefe haría algo tan infantil? Laura esbozó una sonrisa incómoda: —Eso fue un poco inmaduro de su parte. ¿No crees? Elena, con los ojos anegados, la miró fijamente. —Laura, ¿qué hago ahora? —¿Por qué no intentas llamarlo con mi número? Este es nuevo, seguro no está bloqueado. —Sí, sí ven llamemos. Como había agregado a Sergio con su número de celular, lo tenía registrado. Elena lo anotó para marcar, y fue entonces que se dio cuenta de que había algunos mensajes nuevos dirigidos a su número. Sergio: [Ya estoy en el restaurante, ¿cuándo llegas?] [¿Qué ha pasado pasa? ¿Dónde estás?] [¿Cuánto más vas a tardar?] [¿Otra vez desapareces? ¿Qué excusa vas a usar esta vez?] [Eres la primera que se atreve a dejarme plantado.] [Si no vas a aparecer, mejor que no lo hagas nunca más.] [Elena, ¿no crees que te estás tomando demasiado en serio?] "¿Te estás tomando demasiado en serio?" Elena mordió su labio, sus ojos se enrojecieron otra vez. Se sentía muy herida. Ella no lo había hecho de manera intencional. Estaba herida, con dolor físico, y había tratado tanto de contactarlo... —¿Eli, estás bien? Intenta llamarlo. La voz de Laura la sacó de sus pensamientos. Pero Elena lo negó: —No... Ya no quiero llamarlo. Seguro no quiere saber nada de mí. No quiero molestarlo más. —¿Cómo puedes saberlo si no lo intentas? —No soy una persona importante. Y me atreví a dejarlo plantado... Si me bloqueó, eso quiere decir que no quiere volver a verme. Si lo llamo otra vez, quizás solo logre que me deteste más y no quiera ayudarme. Y eso empeoraría todo, incluso con el doctor Javier... —Bueno... No es que no tengas razón. —Creo que ya no debo molestarlo... Elena se puso de pie, desanimada, y se dirigió a paso lento hacia la puerta.